Antiguamente, en la época medieval y renacentista, época en la que las mujeres no podían cantar en las iglesias, en Italia surgió el término de voz de falsetto. Surgió para designar las voces de aquellos hombres que imitaban las voces de las mujeres a la hora de cantar. El término falsetto falsete proviene de la palabra falso y hacía referencia al carácter caricatural de aquellas voces.
Ahora bien, los falsetistas llegaron a perfeccionar tanto este registro agudo, que llegaron a alcanzar un timbre y una resonancia de gran claridad. Cabe destacar que fueron muy reconocidos por ello.
No hay que confundir a los falsetistas con los castrati, los cuales guardaban una voz infantil, por lo que no eran falsetistas. Los castrati empezaron a reemplazar a los falsetistas en la iglesia cuando el Papa Paulo IV decidió que los hombres cantantes casados ya no podían cantar en las iglesias.
Anatómicamente hablando, para entender qué es la voz de falsete, hay que pensar que la laringe masculina sube en el cuello en un movimiento ascendente hasta provocar la báscula del cartílago tiroides gracias a la acción del músculo crico-tiroideo (músculo que se sitúa entre el cartílago cricoides y el cartílago tiroides y que los une).
Las cuerdas vocales se estiran de tal manera que sólo vibra la capa de la mucosa externa de la cuerda vocal. Produciéndose así un sonido mucho más agudo que el producido habitualmente en la voz conversacional debido a que las cuerdas vocales se juntan con menor presión y que el músculo vocal – el músculo tiro-aritenoideo – se relaja.
Este registro vocal también se conoce como registro o mecanismo ligero.
Habitualmente, este registro es menos potente que el registro de voz de pecho. Aunque, al no solicitar la acción del músculo vocal, puede llegar a sentirse una relajación o liberación a nivel vocal al emplearlo. Muchas de mis pacientes sienten que es más fácil hablar en agudo empleando la voz de falsete que la voz de pecho.
Ahora bien, está claro que las mujeres no hablan constantemente con la voz de cabeza. Sino que hacen un uso intermitente de esta, alternando con la voz de pecho. Dando así una mayor riqueza melódica al discurso.
Si nos centramos en las vibraciones, entenderemos por qué se distingue la voz de cabeza de la voz de pecho. Y si colocamos la mano en el pecho, en la parte alta cerca del cuello, y hablamos, notaremos en el pecho la vibración emitida por las cuerdas vocales.
En el caso de empezar a subir hacia los agudos hasta alcanzar la voz de cabeza, notaremos como las vibraciones se van alejando del pecho y se van centrando más en el macizo craneal. Debido a que antiguamente se diferenciaban estos dos registros a nivel vibratorio, se les ha denominado voz de cabeza (cuando las vibraciones se localizan en el cráneo) y voz de pecho (cuando las vibraciones se localizan en el pecho).
Actualmente, sabemos que no es que haya una voz en la cabeza ni una voz en el pecho. Sino que las vibraciones van moviéndose en nuestro cuerpo en función del movimiento ascendente y descendente de la laringe.
También hay que mencionar, que en un cuerpo biológicamente masculino, las vibraciones se perciben más en el pecho porque la laringe se sitúa más baja en el cuello. Habitualmente, los hombres no suelen utilizar la voz de cabeza cuando hablan, por lo que, el término voz de falsete, suele utilizarse más durante el canto.
En cuanto a la denominación voz de falsete y voz de cabeza, básicamente es lo mismo.
Se suele hablar de voz de falsete cuando se trata de una voz biológicamente masculina cantada. Algunos autores difieren en este punto. En nuestro caso, en cuanto al entrenamiento de feminización de la voz hablada se refiere, nos quedamos con la denominación de voz de cabeza.
Dentro del entrenamiento vocal de feminización y armonización de la voz, trabajamos la voz de cabeza como parte integrante de la nueva manera de hablar que buscamos alcanzar. A la hora de feminizar una forma de hablar, es importante que la paciente se acostumbre a pasar de un registro a otro de forma natural y elástica. Por ello, dentro del método Astudillo, le damos una vital importancia al desarrollo de la voz de cabeza y al trabajo del paso. Entendido este como el cambio de un grupo muscular a otro a la hora de pasar de la voz de pecho a la voz de cabeza. Cuanto más ágil se haga este paso, más elástica se percibirá la voz pudiendo así alcanzar una manera de hablar mucho más melódica y natural.
Es importante resaltar el siguiente punto fundamental que suele surgir en la mayoría de mis sesiones. Muchas de las pacientes con las que trabajo, piensan que la voz grave es la voz de pecho y la voz aguda es la voz de cabeza, lo cual no es cierto. Quisiera precisar el hecho que la noción de agudeza y de gravedad de un sonido. A parte de estar clasificada en la literatura en función de una frecuencia fundamental, puede variar de una persona a otra o no ser percibido de la misma manera.
En general, la voz de pecho suele asimilarse a notas graves. Pero es importante entender que dentro de la voz de pecho también hay notas agudas.
La mejor manera de distinguir una voz de pecho de una voz de cabeza, es basarnos en la báscula laríngea. Esta báscula, que suele representar el momento del paso de una voz a otra, y que implica el paso de la acción de un grupo muscular a otro, puede percibirse colocando la mano directamente en el cartílago tiroides. Otra manera de entender o de percibir el cambio de una voz a otra, es basarse en la localización de las vibraciones. Estas se sentirán a nivel del cráneo (una vez que la laringe sube en el cuello y que se produzca la báscula del cartílago tiroides gracias a la acción del músculo crico-tiroideo) o a nivel del pecho.
Resumiendo, se le conoce como extensión vocal al conjunto de sonidos que van desde la nota más grave a la nota más aguda que pueda realizar una persona. Dentro de la extensión vocal, habrá notas que estén dentro de la voz de pecho y otras que estén dentro de la voz de cabeza.
Dentro de la propia voz de pecho se podrán distinguir notas graves y notas agudas.
Todas las notas de la voz de cabeza suelen considerarse notas agudas.
En el método Astudillo, insistimos mucho en el trabajo de la voz de cabeza. Tanto a nivel muscular como vibratorio, para asegurarnos de que nuestras pacientes desarrollan una percepción adecuada de los sonidos para así enriquecer tanto su extensión vocal como su prosodia en general.
MARIELA ASTUDILLO
Logopeda y vocóloga especializada en voz identitaria y emocional (feminización de la voz)
Autora de la Logopedia / Vocología Emocional y del Método Astudillo
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