En ambos casos, el sujeto afectado sufre de su propio reflejo en el espejo, que no corresponde a la realidad. Para la persona dismórfica, los defectos físicos son mayores, para la persona disfórica de género, la apariencia física no corresponde a la sensación de género.
La dismorfia (o dismorfofobia) y la disforia de género son dos trastornos reconocidos por el DSM-V.
En ambos casos, el sujeto afectado sufre de su propio reflejo en el espejo, que no corresponde a la realidad. Para la persona dismórfica, los defectos físicos son mayores, para la persona disfórica de género, la apariencia física no corresponde a la sensación de género.
¿Qué es la dismorfia?
El trastorno dismórfico también conocido como “dismorfofobia” es un trastorno de la apariencia corporal definido según el DSM-V, el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, como sigue:
“La dismorfofobia se caracteriza por una preocupación sobre 1 defecto percibido de la apariencia física que no son aparentes o aparecen leves a otras personas. La preocupación por la apariencia debe provocar sufrimientos o perturbaciones importantes de la vida social, profesional, escolar o en otros ámbitos de funcionamiento (…). “
Este trastorno está más presente en adolescentes y mujeres. Sin embargo, hay un trastorno específico llamado “dismorfia muscular” en los seres humanos. Este último crea complejos sobre su cuerpo que no encuentra lo suficientemente delgado y musculoso.
¿Cuáles son los síntomas de la dismorfia?
La dismorfia es un trastorno que puede aparecer repentinamente o desarrollarse y durar en el tiempo. Generalmente, la dismorfia es crónica, a menos que se trate en el momento de su aparición.
Muy a menudo, las personas dismórficas son obnubilados por los rasgos de su cara temiendo arrugas, acné, cicatrices, pérdida de cabello, etc. y encuentran su nariz demasiado grande, sus labios demasiado finos, sus ojos demasiado redondos, etc., los complejos pueden ser cualquier parte del cuerpo: nalgas, pechos, piernas, brazos.
El individuo con dismorfia describirá ciertas partes de su cuerpo como no atractivas, feas, horribles o incluso monstruosas.
La persona dismórfica pasa mucho tiempo mirándose en el espejo o evita totalmente mirarse a sí misma o alterna ambos comportamientos. También está convencida de que todos a su alrededor han notado sus defectos físicos o se burlan de ella/él/x.
A este trastorno se suman comportamientos como: el hecho de compararse constantemente con los demás, de cuidar su apariencia de manera obsesiva, de pedir estar constantemente tranquilo, de cambiar a menudo de ropa, ocultar sus supuestos defectos con maquillaje y otros artificios.
Por supuesto, muchos pacientes dismórficos recurren a la cirugía estética, dental, a la dermatología, pero estas intervenciones no tienen el efecto de solucionar el problema, todo lo contrario. Estos cambios pueden aumentar sus preocupaciones y llevarlos en una búsqueda a la perfección sin fin.
En algunos casos, la dismorfia puede ser muy debilitante. De hecho, algunas personas se niegan a aparecer en público, otros solo salen de noche o no salen en absoluto, lo que crea trastornos asociados como la soledad, la depresión, los intentos de suicidio, la hospitalización, etc.
Inconsciencia del paciente ante el trastorno
La persona afectada por la dismorfia generalmente no se da cuenta de su problema. Por lo tanto, cree sinceramente que la parte del cuerpo en cuestión no es atractiva o francamente horrible, lo que demuestra una baja autoestima y una fuerte autocrítica.
El 80% de los individuos dismórficos tendrán pensamientos suicidas y el 30% intentarán suicidarse. Es uno de los trastornos psiquiátricos con mayor riesgo de suicidio.
Tratamientos
La dismorfia puede tratarse con medicación y/o tratamiento terapéutico.
Los antidepresivos y los ansiolíticos pueden administrarse con éxito. Cuando es necesario, se recomienda seguir una terapia, siendo la más probada la terapia cognitivo-conductual, basada en la exposición a la situación estresante, la toma de conciencia de los rituales para disminuirlos, la inversión de hábitos, etc.
¿Qué es la disforia de género?
La persona que sufre de disforia de género considera que el sexo que se le atribuye al nacer no corresponde a su identidad de género. La disforia no es tanto el resultado de esta incongruencia entre sexo anatómico y género, sino el sufrimiento profundo resultante.
Por lo tanto, puede experimentar trastornos del humor como irritabilidad, depresión o ansiedad
¿Cuáles son los síntomas de la disforia de género?
- En niños:
- No les gustan sus genitales,
- se disfrazan en cuanto pueden,
- expresan claramente su pertenencia al otro género,
- prefieren los juegos comúnmente dedicados al otro género.
Así, un niño puede explicar que le gustaría deshacerse de su pene, una niña pequeña puede querer orinar de pie, etc.
- En adultos:
La mayoría de las personas disfóricas presentan síntomas desde siempre, pero no son conscientes de ello o no pueden reconocerlo de inmediato. Algunas mujeres transgénero, por ejemplo, comenzarán por vestirse simplemente antes de iniciar una transición.
Por esta razón, las personas transgénero se casan o hacen el servicio militar para “entrar en la norma” y huir con ello de su sentimiento de disforia. Sin embargo, cuando se toma conciencia de esta disforia y se acepta su transidentidad, el sujeto es perfectamente capaz de sentirse mejor y de vivir en sociedad.
Si bien algunas mujeres transgénero, por ejemplo, están contentas de poder presentarse socialmente con una apariencia femenina y de haber obtenido documentos administrativos que demuestren su sexo femenino, otras son víctimas de la depresión, de la ansiedad y de los deseos suicidas no directamente por su transidentidad, sino por el rechazo que enfrentan en su medio social, profesional, familiar, etc.
Tratamiento de la disforia de género
La psicoterapia y, para aquellos que lo deseen, la cirugía y la terapia hormonal son los tratamientos propuestos en caso de disforia de género.
Algunas personas disfóricas resuelven su problema travistiéndose sin sentir la necesidad de recurrir a la cirugía o a la toma de hormonas, pero para muchos, el objetivo no es tanto recibir ayuda psicoterapéutica, sino un tratamiento hormonal y una cirugía de reasignación sexual. En efecto, es entonces la correspondencia entre la apariencia física y el género sentido que va a crear un bienestar en la persona que era disfórica.
Conclusión
Tanto la dismorfia como la disforia de género son la causa de grandes sufrimientos (ansiedad, depresión, irritabilidad, suicidio). Ya se trate de una imagen distorsionada de sí mismo.a.x o de una incongruencia entre el género que se siente y el sexo biológico, las consecuencias en el plano físico y mental pueden ser desastrosas.
Afortunadamente, existen tratamientos que permiten a estas personas tener una relación más sana con su cuerpo, lo que alivia el malestar y la angustia y conduce a la curación a largo plazo.
RECURSOS
IMAGEN
https://fr.wikipedia.org/wiki/Dysmorphophobie
https://www.msdmanuals.com/fr/professional/troubles-psychiatriques/troubles-obsessionnels-compulsifs-et-troubles-similaires/dysmorphophobie
https://www.msdmanuals.com/fr/professional/troubles-psychiatriques/sexualit%C3%A9-dysphorie-de-genre-et-paraphilies/dysphorie-de-genre
