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La escritura inclusiva y el lenguaje inclusivo

“Debo decir que mi único objetivo empleando la escritura inclusiva en mis escritos, ya sea en la página web de Femivoz®, en los libros que escribo, en los artículos que comparto, es el de representar a todo el mundo, sin ofender a nadie…”

Desde hace ya varios años, la identidad y el género abarcan un gran lugar en los debates sociales. La idea de modificar la lengua, la escritura, el idioma, para evolucionar a la par que evoluciona el ser humano, provoca tanta reticencia como aceptación.

En efecto, encontramos principalmente dos posturas diferentes frente a la idea de modificar nuestra manera de comunicar para que ésta sea mucho más inclusiva, menos ofensiva, más adaptada a la evolución del género y de la identidad tal y como los entendemos hoy en día.

 Mi visión inclusiva

En este artículo, voy a compartir mi punto de vista, que ciertamente no gustará a todo el mundo, pero entiendo que como logopeda, como especialista en la voz, como terapeuta de lenguaje, como lectora, como ser humano trascendental cuya identidad también evoluciona cada día, pero sobre todo como profesional que lleva trabajando casi 17 años con personas transidentitarias, mi punto de vista siempre tenderá a hacer evolucionar nuestro lenguaje, nuestra escritura, nuestros medios de comunicación… de manera a que todo el mundo pueda sentirse representado pero sobre todo de manera a que todo el mundo tenga derecho a existir y a ser reconocido.

 Mi fórmula o.a.x.(s)

He leído muchos artículos, libros, compartido opiniones, todo ello relacionado con el lenguaje inclusivo y la escritura inclusiva, propuestos éstos como una respuesta a una representación machista de la expresión humana, como una manera de neutralizar el lenguaje, como una respuesta al binarismo omnipresente en nuestra comunicación, como una búsqueda de apaciguar a todas aquellas identidades que no se sienten actualmente representada por nuestras letras y palabras.

Debo decir que mi único objetivo empleando la escritura inclusiva en mis escritos, ya sea en la página web de Femivoz®, en los libros que escribo, en los artículos que comparto, es el de representar a todo el mundo, sin ofender a nadie, respetando tanto las personas binarias que defienden su masculinidad y/o feminidad, como aquellas personas que no desean ser definidas por una letra. Por ello, he decidido de optar por la fórmula siguiente: o.a.x.(s).

En esta fórmula, incluyo en la O a todas aquellas personas que desean ser representadas a través de la expresión masculina del género cómo se lleva haciendo desde el inicio de los tiempos.

Incluyo en la A a todas aquellas personas que deseen sentirse representadas a través de la expresión femenina del género habitualmente utilizada.

Incluyo en la X a todas aquellas identidades que no deseen ser representadas por ninguna letra en particular, que deseen sentirse representadas a través de una letra que no sea binaria como la O o la A, y a todas aquellas personas que no desean ser definidas porque aún no han encontrado una representación identitaria que les conviene.

La S representa el plural.

Adaptación lectora a la nueva escritura

Llevo meses preparando mi nuevo libro, y para ello, he dedicado gran parte del tiempo a recolectar opiniones y posturas frente al lenguaje inclusivo y la escritura inclusiva. He hablado con todo tipo de identidades, escuchado todo tipo de sugerencias y hay una que me ha llamado particularmente la atención.

Es cierto que la representación escrita de las identidades a través de la fórmula que propongo es en un primer momento difícil de entender. Estamos acostumbrados a leer y a descifrar un lenguaje escrito mono-genérico.

Recientemente he leído un libro en francés de la autora Lexie titulado “Una historia de géneros” en el que ella utiliza este tipo de escritura. Debo decir que al principio me costó un poco avanzar en la lectura ya que habitualmente no estoy acostumbrada a tratar con este tipo de propuestas escritas. Sin embargo, después de varias páginas, el cerebro se acostumbra y la lectura se vuelve más fluida.

Una de las sugerencias que me hicieron, fue la de tomar en cuenta las personas con dificultades visuales que utilizan softwares y otros programas para poder descifrar lecturas.

Es cierto que dichos programas no están preparados aún para descifrar la escritura inclusiva ya que ésta no ha sido aún aprobada por ningún tipo de gobierno. También es cierto que entiendo la dificultad que esto supone para las personas que presentan dificultades lectoras. Por ello, he aquí para mí un gran dilema, ya que siendo partidaria de la liberación del ser humano a nivel identitario, lo soy también, por supuesto, de la liberación del lenguaje y de la escritura a favor de una inclusión y representación genérica internacional y global a través de la cual todas las personas se sientan representadas, aceptadas, reconocidas y valorizadas.

Desafortunadamente, teniendo en cuenta de que aún este tipo de fórmulas escritas no se ha aprobado, debo tomar una decisión y elegir una salida.

Lenguaje inclusivo : ¿cómo adaptar nuestro lenguaje?

Hasta ahora hemos hablado de escritura inclusiva ya que es la que utilizo principalmente a diario para comunicarse a través de mis escritos, de mis publicaciones, de los artículos de blog que publico, etc. En cuanto al lenguaje inclusivo, reconozco que es más delicado ya que es más difícil representar a todas las identidades en el lenguaje hablado.

Surgió hace varios años la propuesta de la E neutra como representación de todas las identidades.

Sin embargo, como he mencionado anteriormente, soy partidaria de la representación de todas las personas incluidas aquellas que deseen ser representadas de manera binaria a través de la O y de la A.

Por ello, a día de hoy, opto por adaptar mi lenguaje hablado en función de la persona con la que hablo. Así, en la mayoría de los casos, al trabajar principalmente con mujeres transgénero, opto por utilizar un lenguaje femenino que emplea el sonido A cómo mayor representación de la feminidad. Cuando trabajo o trato con personas no binarias, de género fluido, agéneras, pangéneras… opto por preguntarles cuál es la representación lingüística con la que se identifican con el fin de utilizar un lenguaje adaptado y representativo.

Por ello, en la mayoría de los vídeos que propongo, siempre saludo utilizando la O, la A y la E de manera distintiva. En el lenguaje inclusivo que utilizo al oral, procuro integrar dentro de la O a todas aquellas personas que deseen ser representadas de manera masculina, en la A a todas aquellas personas que deseen ser representadas de manera femenina, y en la E a todas aquellas personas que deseen ser representadas a través de una letra neutra o que no de ser representadas a través de la O o la A.

CONCLUSIÓN

Volviendo a la problemática citada anteriormente en cuanto a personas que presenten dificultades lectoras, entiendo que la fórmula escrita por la que opto no facilitará la lectura de mis textos. Por lo que propongo que todas aquellas personas que deseen recibir mis escritos adaptados a los softwares o programas que utilicen, me escriban por email o por WhatsApp con el fin de que les reenvié los textos adaptados para su lectura.

Encuentro que esta opción es la más correcta con el fin de respetar a todas las personas susceptibles de tener acceso a los textos que escribo. Esta fórmula me permite también seguir luchando por la evolución de la sociedad tal y como la entiendo, a saber, una sociedad libre en la que el género ya no tiene lugar, donde la identidad es la mayor expresión del ser humano y la libertad el medio que toda persona tiene para expresarse sin que ninguna cárcel conceptual, lingüística u otra, pueda arrebatarle su derecho a existir, a ser representada y valorizada.

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