“Virginia Prince fue considerada una de las pioneras de la comunidad trans…”
Virginia Charles Prince, nació el día 23 de noviembre de 1912 en Los Ángeles (California) bajo el nombre de Arnold.
EL INICIO DE SU TRANSFORMISMO
Cuando tenía aproximadamente 12 años, fue cuando empezó a transformarse utilizando la ropa de su madre. El transformismo o crossdressing en inglés, es el hecho de cruzar vestimentas, es decir, vestirse con ropa del género contrario.
Cuando Prince empezó el instituto llevaba ropa de mujer con frecuencia, apareciendo en público como una chica.
Prince no se sentía cómoda con su transformismo por lo que a la edad de 30 años, decidió consultar a un psiquiatra. Así, comenzó a vivir su transformismo de manera mucho más cómoda y abierta. A pesar de haber sido diagnosticada con un complejo de Edipo sin resolver, Prince confió en su médico Karl Bowman, quien le dijo que tenía que aprender a aceptarse como era; pero sobre todo que tenía que aprender a disfrutarlo.
Según el diccionario de Oxford, en Psicología, el complejo de Edipo es el “complejo de una persona, especialmente durante su niñez, por el que manifiesta un evidente sentimiento de amor hacia al padre del sexo contrario y un sentimiento de rivalidad hacia el padre del mismo sexo”.
SU TRAYECTORIA
En 1939, a los 27 años, termina su doctorado en farmacología. Estudios que realizó en la Universidad de California (San Francisco).
Dos años más tarde, en 1941, se presentó en la Corte Suprema de California para pedir que la reconocieran como la mujer que siempre había sido.
En ese mismo año, conoció y se casó con otra mujer pero su matrimonio duró únicamente siete años ya que este matrimonio fracasó. La razón del fracaso fue por su transformismo, una noticia que la dejó en shock. De este matrimonio, Prince tuvo un hijo.
Cuando pusieron fin a su matrimonio, Virginia Prince volvió a la Universidad de California para trabajar como asistente de investigación y como profesora de farmacología.
Una época en la que Prince comenzó a usar el nombre de Charles Prince para ocultar su identidad civil. Un nombre compuesto que proviene en primer lugar del nombre de su padre, y en segundo lugar del nombre de la calle donde vivía.
No se sabe el momento exacto en el que Prince tomó el nombre de Virginia pero en el artículo “Homosexuality, Transvestism and Transsexualism: Reflections on Their Etiology and Difference” publicado en 1957, se acredita a “C.V. Prince”
A partir de ese momento, Virginia Prince fue imparable.
SUS FUNDACIONES Y CREACIONES
En 1960, fundó su propia editorial llamada “Chevalier Publications”, y al mismo tiempo, creó la revista llamada “Transvestia”. Una revista creada especialmente para ayudar a las personas heterosexuales, y vendida únicamente por suscripción. La misma que se podía conseguir solamente en librerías para adultos.
“Transvestia” fue publicada bimensualmente entre los años 1960 y los años 1980, con un total de 100 números.
En 1979, en el último número (100), Prince incluyó un artículo autobiográfico en el que relató sus primeras experiencias sobre el transformismo, su divorcio, y su trabajo de creación y mantenimiento de la revista Transvestia.
Hasta el año 1986, los siguientes 11 números de la revista Transvestia fueron editados y publicados por Carol Beecroft, cofundadora de la editorial de nuestra protagonista Virginia Prince.
En cuanto a los contenidos de esta revista, Virginia ofrecía historias y cartas que otros transformistas habían aportado para contar sus experiencias y vivencias, entre otros contenidos.
Aunque esta revista estaba dirigida a transformistas en general, la audiencia de Transvestia estaba principalmente constituida por hombres interesados en ropa femenina. No era una revista dirigida a las mujeres ya que en la década de 1960 la sociedad no marginaba a las mujeres transformistas.
Un año más tarde de todo esto, Virginia Prince instauró una fundación llamada “Fundación para la Plena Expresión de la Personalidad’‘, un nombre que elige por las siglas inglesas “FPE”.
Aproximadamente dos décadas más tarde, la Fundación anteriormente mencionada, se convierte en la “Sociedad para el Segundo Ser” (conocida como “Tri-Ess”).
Es importante mencionar que para poder ser admitidos tanto en la Fundación como en la Sociedad, había unas reglas bastante estrictas. Aquí tenían que llevar a cabo una plena expresión de la personalidad del segundo yo de manera femenina, honesta y respetable. Al igual que solo se admitían personas completamente heterosexuales, y dentro de lo posible, personas casadas.
En suma, no admitían ni personas homosexuales ni trans, y menos todavía personas que hubieran pasado por quirófano para someterse a cirugías de cambio de sexo.
En esa época, Virginia Prince ejerció un extraordinario trabajo de educación y conciencia sobre la transexualidad. Un trabajo calificado de “incuestionable”.
SU LUCHA POR LA COMUNIDAD TRANS
Virginia Prince fue considerada como una de las pioneras de la comunidad trans.
Su lucha contra la ignorancia y la intolerancia le hizo tener una larga historia en la literatura, escribió libros sobre transformismo. En uno de ellos, escrito en 1967 y titulado “La expresión de la feminidad en el hombre”, dialoga sobre los supuestos vínculos psiquiátricos que existían entre la desviación sexual y el tranvestismo. Además, Prince rechaza las supuestas asociaciones y muestra su oposición a la idea de que los travestis estaban psiquiátricamente perturbados.
Del mismo modo, Prince argumentaba constantemente que el transformismo se encontraba muy relacionado con el género, y que era todo lo contrario a la sexualidad o al sexo.
En los años 50, como pensaba que el término “travesti” (concepto que ya no se utiliza) había sido corrompido, creó el término “femmifilia”. El objetivo de esta creación fue para nombrar a aquellas personas que habiendo nacido hombres, sentían un profundo amor por todo lo relacionado con la feminidad.
En los 70, creó e hizo popular el término “transgenderista” (lo que hoy conocemos como “transgénero”) bajo la idea de identificar a aquellas personas que habiendo nacido como hombres, vivían a diario como mujeres pero sin tener intención de someterse a ninguna cirugía de reasignación de sexo.
Para Virginia Prince, el “verdadero transformista” se podía claramente distinguir de las personas transexuales y homosexuales, ya que estos últimos eran únicamente heterosexuales. Dicho de otro modo, el transformista disfruta con el uso de sus órganos masculinos y no quiere que se los quiten.
LAS CRÍTICAS A VIRGINIA PRINCE
En 1961, condenan a nuestra protagonista por haber mandado material grosero por correo.
A principios de los años 1970, por culpa de sus enfoques, Prince comienza a recibir críticas por parte de transformistas.
Estas controversias y críticas, surgieron porque Prince apoyaba la representación tradicional de estereotipos de género, las normas sociales convencionales, así como el modelo de familia tradicional y el matrimonio.
En efecto, también fue criticada por intentar excluir a los transexuales, homosexuales y fetichistas de sus esfuerzos por normalizar el travestismo. Es más, sabemos que Virginia tenía fobia a los homosexuales, transexuales, sadomasoquistas, en general a las personas queer.
Finalmente, muere el sábado 2 de mayo de 2009 a los 96 años.
De Virginia Prince nos quedamos con una frase que dijo: “para ser mujer no era necesario operarse sino saber vestirse, caminar y comportarse como tal”.
Fuentes:
https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/soy/1-782-2009-05-29.html
https://en.wikipedia.org/wiki/Virginia_Prince
Imagen:
https://jennaware.com/virginia-prince-ph-d-transgenderist-transgender-transsexual-umbrella/