La vida escolar puede a veces ser vivida como injusta y priorizar más la competitividad, el individualismo y las desigualdades, nociones que no son más que el reflejo de la sociedad occidental moderna, frente a la tolerancia, la cooperación y el compartir, valores igualmente esenciales.

Sin embargo, los estudios de psicología de la educación demuestran claramente los efectos positivos de un enfoque “más afectivo” en la escuela, tanto entre el profesor y los alumnos como entre los propios alumnos. 

En este caso, nuestra protagonista, Emily, es una niña transgénero, es decir, nació con atributos físicos masculinos, pero tiene una identidad femenina, lo que la pone en el centro de situaciones difíciles de vivir. A través de su historia, lo que se pone de relieve no es la diferencia en sí, sino cómo los demás la perciben y reaccionan frente a esta diferencia. Pero, finalmente, ¿no son nuestras diferencias las que nos hacen únicos y nos enriquecen unos a otros?

Este cuaderno puede ser utilizado como herramienta complementaria a la historia de Emily para sensibilizar a los niños hacia la transidentidad, pero también puede ser utilizado como soporte para cualquier otra actividad lúdica destinada a despertar la conciencia colectiva. El objetivo es enseñar y educar a los niños para que se respeten a sí mismos y a los demás, reflexionar, sentir y expresar las emociones, desarrollar la empatía y la tolerancia con el fin de que estos niños se conviertan en adultos más conscientes y maduros.

Estos ejercicios y juegos han sido diseñados para niños de 5 a 10 años pero el adulto a cargo del grupo puede adaptar las actividades en función de la edad y el número de niños presentes en cada grupo de trabajo.