¿Qué es una voz femenina?
Voz femenina… ¿voz aguda?
De esta pregunta depende en gran medida la elección de las pacientes a la hora de decantarse por la cirugía o por la logopedia para obtener una voz femenina. Es importante alejarse de los clichés y de los prejuicios, dejar atrás las creencias comunes y encaminarse hacia el concepto mismo de feminidad. La respuesta más común sería “una voz aguda”. Es el primer rasgo perceptible acústicamente que la sociedad suele detectar a la hora de diferenciar la voz de un hombre de la voz de una mujer. La cirugía suele reducir la feminidad de la voz buscada en su agudeza. Pero la verdadera pregunta que hay que hacerse es ¿es realmente una voz femenina únicamente una voz aguda?
Una voz “emocional”
Femivoz no reduce la voz de una mujer a su agudeza, de hecho, trabajamos diariamente con mujeres cuyas voces disponen de una frecuencia fundamental (tono de voz) grave y sin embargo no carecen de feminidad. Es cierto que la extensión vocal de una mujer suele abarcar rangos frecuenciales más agudos que la del hombre, pero la verdadera esencia de una voz femenina se determina por su melodía, su modulación, su expresividad, su entonación… Se trata de una “voz emocional” cuyas características auditivas abarcan un amplio abanico de elementos, todos ellos trabajados gracias a la logopedia.
Una voz melódica
La entonación y la melodía son probablemente los rasgos más importantes y diferenciales de la voz femenina que permite distinguirla de la voz masculina. Por supuesto, cada voz es distinta, pero cuando se trabaja la entonación, la melodía, la variación frecuencial de una voz durante el discurso, los cambios que se aprecian son y la voz se percibe como más femenina.
Una voz suave
Se trata de otro de los rasgos que influencian la percepción de la voz y que permiten caracterizarla como femenina. Rrepresenta un concepto ligado a la articulación tanto de las vocales como de las consonantes. Pero también se encuentra relacionado con las pausas, el ritmo, la intensidad… Todos estos parámetros son trabajados y entrenados durante el tratamiento.
Una voz expresiva
La expresividad no sólo está relacionada con la voz, sino que también implica el rostro, los gestos, las mímicas, la expresión corporal global. Una voz poco expresiva tenderá a ser caracterizada como monótona. Por ello, trabajamos todo el abanico de estados de ánimo, exaltando la feminidad en cada uno de ellos y reduciendo la monoteidad.
Una voz natural
Nuestra principal preocupación es reducir toda artificialidad en la voz de nuestras pacientes. La voz no debe percibirse en ningún momento como forzada. Buscamos la naturalidad y por ello entrenamos a la paciente para que su voz sea lo más femenina posible en todas las situaciones de la vida cotidiana. Este punto representa el eje central de nuestro trabajo.