Lo cierto es que la feminización de la voz no tiene género, por eso, está haciéndose cada vez más hueco en la vida de las mujeres transgénero. En efecto, se proponen cada día más soluciones logopédicas / fonoaudiológicas o quirúrgicas para feminizar una voz. Ahora bien, la pregunta es la siguiente:
¿Tiene realmente la voz género?
La verdad es que siempre se habla de feminización de la voz pero cuando nos paramos a pensarlo bien, la voz en sí no tiene género.
El diccionario de la lengua española de la Real Academia Española describe la voz de la siguiente manera:
La voz es un “sonido”, una “palabra”, un “vocablo”, una “calidad”, una “facultad”… pero en ningún momento se define como un elemento capaz de distinguir un género de otro.
Se llevan muchos años hablando de feminización de la voz, incluso Femivoz propone sesiones de feminización de la voz, pero somos muy conscientes de que en realidad la voz no se puede feminizar ya que la voz es un sonido y que un sonido no puede feminizarse o masculinizarse.
Esto nos lleva a un debate muy interesante relativo a cuáles son realmente los elementos que se feminizan durante el tratamiento de feminización de la voz. En efecto, cuando analizamos de cerca el Método Astudillo, vemos que se basa en el trabajo de dos vías, la vía muscular y la vía prosódica.
Se trabajan elementos específicos que influyen en la percepción del discurso de la paciente por parte de su entorno : elementos acústicos, prosódicos, musculares, expresivos, melódicos… etc.
Como la feminización de la voz no tiene género, se insiste más sobre el trabajo de la forma de hablar, de la forma de comunicar, de la forma de expresarse que tiene la paciente, por ello es tan importante el trabajo de la expresividad facial, de las mímicas, de la gestualidad, de la esfera no verbal, así como el trabajo de la melodía, de la articulación, del ritmo…
No nos quedamos meramente en la voz propiamente dicha, es decir, no nos basamos en su agudeza o en su gravedad, no buscamos una voz estática que no cambie, al revés, buscamos que la paciente alcance una voz que sea cambiante, adaptativa, que la acompañe en su día día en cada momento que ella viva, que sea fiel a todas sus emociones, que no la traicione…
EL SONIDO NO TIENE GÉNERO, LA FORMA SÍ !
Hay que empezar a desmitificar LA VOZ.
Lo que hace que nos adjudiquen un adjetivo de un género u otro cuando hablamos no es el SONIDO sino la FORMA ! Por ello es tan importante acudir a los profesionales correctos, porque la cirugía sólo afecta el sonido, porque la logopedia trabaja la forma y todo lo que te permitirá sentirte femenina y natural.
Muchas de vosotras cuando acudís a Femivoz, estáis aterradas por vuestra voz, la odiáis, os parece horrible, os parece masculina, fea… utilizáis toda una serie de adjetivos negativos que os crean frustración cuando, en realidad, al mirarlo bien, lo que odiáis no es nuestra voz, sino esa manera de hablar que habéis aprendido desde que erais pequeñitas porque habéis imitado desde que erais bebés un modelo de comunicación masculina. Partiendo de este punto, es tan sencillo desaprender una mecánica como volver a aprender otra.
Hay que desaprender una manera de hablar masculina para aprender una manera de hablar femenina.
No se trata ni de anatomía, ni de capacidad, ni de género… sino que se trata de trabajo, de disciplina y de entrenamiento. Si deseas hablar de una manera más femenina, deberás aprenderlo, aprender una nueva manera de hablar, una nueva manera de expresarte, una nueva manera de utilizar las palabras, el ritmo, la intensidad, y en cuanto te enseñen a cambiar tu manera de hablar, también podrás personalizarla y encontrar esa feminidad que tanto buscas.
ARTÍCULO ESCRITO POR
MARIELA ASTUDILLO
Logopeda y vocóloga LGBTQIA+ especializada en voz identitaria y emocional (feminización de la voz)
Autora de la Logopedia / Vocología Emocional® LGBTQIA+ y del Método Astudillo