“El entrenamiento vocal de reajuste voco-emocional le permite de esta manera no solo descubrir su herramienta de comunicación, sino, también, apreciarla y utilizarla de manera coherente con el fin de restablecer una cohesión con el entorno, basada en un intercambio vocal armonioso…”
Cuando empecé a trabajar en el terreno de la feminización de la voz, el 100% de mis aprendices eran mujeres transgénero que sentían la necesidad de aportar más feminidad a su manera de expresarse. Hoy, 40% de mis aprendices son mujeres cisgénero que sienten la necesidad (la mayoría de las veces motivadas por la demanda de una persona cercana ellas : cónyuge, hijos…) de aportar más feminidad, pero sobre todo, más coherencia cuando se expresan.
En efecto, aunque su demanda se traduzca a través de la frase “deseo feminizar mi voz”, la demanda esconde un origen mucho más emocional. Asimismo, la mayoría de las mujeres cisgénero qué acuden a mí para un entrenamiento de feminización de la voz presentan en realidad dificultades para expresar sus emociones, lo que da lugar a una manera de expresarse poco coherente y desestabilizante para su entorno.
No pienso que el porcentaje de casos haya aumentado de repente a lo largo de las últimas décadas, lo que sí que pienso es que en la época no había tantos profesionales formados y experimentados para responder a este tipo de demanda. Hoy, gracias a la explosión de la feminización de la voz debida al aumento de la demanda por parte de mujeres transgénero, las mujeres cisgénero se dan cuenta de que ellas también tienen acceso a este tipo de entrenamiento vocal.
Bloqueo entre emociones y expresión de sí
Uno de los elementos más reveladores e incluso sorprendente, es el hecho de que en la mayoría de los casos, la demanda surge debido a comentarios provenientes del entorno hacia la voz de la aprendiz dos puntos un marido que le comunica que su voz es muy “fuerte”, niños que expresan que siempre parece “enfadada” cuando habla… En definitiva, la aprendiz está confrontada a un entorno que responde de manera incoherente a lo que ella piensa expresar.
En estos casos, el entrenamiento dicho de feminización de la voz consiste en realidad en desbloquear el bloqueo expresivo del aprendiz.
Ya sea de por su educación, sus vivencias, su cultura, mis aprendices presentan habitualmente lo que llamamos una dispatía expresiva o un desajuste a nivel de la expresión de sus emociones. este fenómeno puede explicarse por varias razones qué son muy diversas en función de los casos. Sin embargo, la intervención difiere de la que se aplica en casos de feminización de la voz transgénero ya que su objetivo consiste en deshacer un nudo emocional importante que tendrá un impacto sobre la globalidad de la vida de la aprendiz.
Un trabajo vocal que cambia una vida
Es importante tener en cuenta el impacto de la voz sobre la vida de una persona. En efecto, ya sea a nivel profesional, a nivel familiar, en el hogar… la voz es utilizada como un medio de comunicación, como una herramienta existencial de transmisión de pensamientos, de emociones, como una conexión entre las diferentes partes coma y cuándo existe un desajuste este nivel, todo puede derrumbarse.
Por ello, este tipo de entrenamiento vocal necesita apelar a elementos extremadamente sensibles como la confianza, el conocimiento de sí, la historia personal… todo ello fusionado por supuesto con el descubrimiento de la expresión emocional, de la herramienta de comunicación, de la personalidad.
En la mayoría de los casos, las mujeres cisgénero con las que trabajo, presentaban de manera subyacente una necesidad de desarrollo personal y de comprensión de la manera que tenían de expresar sus emociones, sus deseos, suyo. Existe, en la mayoría de los casos, un desajuste entre la manera que tienen de expresar el mensaje que desean comunicar y el contenido mismo de este mensaje. Es entonces cuando surge una incoherencia que trastorna la comunicación, que quería distancia relacionales y que acaba por aislar la aprendiz en un mundo de soledad vocal y expresiva.
El entrenamiento vocal de reajuste voco-emocional le permite de esta manera no solo descubrir su herramienta de comunicación, sino, también, apreciarla y utilizarla de manera coherente con el fin de restablecer una cohesión con el entorno, basada en un intercambio vocal armonioso.
En definitiva, mis aprendices aprenden a utilizar sus voces, a expresar sus emociones a través de la voz, a descubrir su personalidad vocal y global, a reencontrar una feminidad y a expresarla a través del habla, todo ello agenciado de manera equilibrada y sana.
¿Qué trabajamos durante las sesiones de reajuste voco-emocional?
La demanda, estando inicialmente motivada por la necesidad de aumentar la feminidad a nivel vocal y expresivo, buscamos desarrollar los parámetros vocales propios del método Astudillo, a saber, la melodía, la articulación, el volumen, el ritmo y la expresividad facial y vocal. Vamos introduciendo en esta dinámica de trabajo una búsqueda introspectiva en cuanto al equilibrio voco-emocional, una fortificación de la confianza en sí y un desarrollo personal basado en el derecho a expresarse y cómo hacerlo.
La aprendiz acaba por descubrirse, por descubrir su expresividad, a saber, su capacidad de expresar emociones, a darles un sentido, un significado, y su emocionalidad, a saber, su capacidad a gestionar sus emociones. Como el bloqueo inicial se situaba entre la expresión de la personalidad y de la identidad del aprendiz a través de la voz y de la manera de expresarse, todo ello acompañado de una falta de capacidad para traducir sus emociones en un lenguaje vocal y corporal, la aprendiz consigue a través del entrenamiento de reajuste voco-emocional alcanzar un equilibrio que le permitirá comunicar más con su entorno, de hacerlo de manera coherente y en total armonía con sus propias emociones, su personalidad y su identidad.
ARTÍCULO ESCRITO POR
MARIELA ASTUDILLO
Logopeda y vocóloga LGBTQIA+ especializada en voz identitaria y emocional (feminización de la voz)
Autora de la Logopedia / Vocología Emocional® LGBTQIA+ y del Método Astudillo