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Proceso de feminización de la voz : los errores a evitar

“Recibo diariamente en mi consulta virtual decenas de pacientes que han realizado más de 30 sesiones a veces sin ningún resultado…”

Hace ya 16 años que me hice la pregunta por primera vez de si una voz era potencialmente modificable en su esencia más pura, es decir, si durante el proceso de feminización de la voz se podía modificar aquella voz que nos identifica y que nos representa ante la sociedad como un hombre o una mujer.

Poco a poco he ido comprendiendo a lo largo de mi recorrido profesional y personal, que no se trata únicamente de modificar una identidad vocal a nivel del género (concepto que abandono cada vez más) sino que se trata más bien de buscar una voz que esté en total armonía y coherencia con nuestra identidad y nuestra personalidad.

No podemos disociar nuestra voz de nuestro yo profundo, de nuestra identidad en cuanto a representación única y exclusiva del ser que somos, ni de nuestra personalidad, la que nos permite expresarnos y percibir el mundo a nuestra manera. Por esta razón, mi metodología, el método Astudillo, ha crecido y ha evolucionado a lo largo de estos 16 últimos años para alcanzar hoy una eficacia que se adapta a todo tipo de pacientes y aprendices, independientemente de sus condiciones anatómicas, de su demanda, de su edad, de su etnia… mi método permite alcanzar objetivos que, no sólo apuntan hacia características sonoras y vocales más femeninas, sino que nos permite encontrar un equilibrio estable y real entre nuestra identidad, personalidad y expresividad.

A lo largo de todos estos años de trabajo, de reflexión, de experiencia, de estudios, he podido constatar comportamientos repetitivos, generalizados, basados la mayoría de las veces en clichés de lo que es una voz femenina, y que, desafortunadamente, van en contra del desarrollo y del entretenimiento de las características vocales propias a una persona.

Así, he aquí una lista de los comportamientos vocales que se manifiestan regularmente en personas que acuden a mí para encontrar una armonía vocal y que me parecen importantes de describir con el fin de entender su sentido y por supuesto de evitarlos.

1. LA OBSESIÓN POR LOS AGUDOS

Una de las mayores preocupaciones de las personas que desean aportar más feminidad a su discurso es por supuesto la conquista del agudo. En efecto, durante muchos años, el fantasma de una separación acústica binaria demasiado restringida que diferenciaba la voz femenina de la voz masculina ha causado estragos en cuanto a la adoración del agudo.

Así, muchas personas piensan que para acentuar las características femeninas de una voz hay que absolutamente desarrollar los agudos. Esta idea no es totalmente falsa, pero tampoco es totalmente cierta. Hay que decir que lo más importante no es el agudo, sino la melodía, y, efectivamente, para poder alcanzar una melodía vocal femenina, es imperativo desarrollar la extensión vocal, pero no sólo hacia los agudos.

El trabajo de las notas graves y del registro de la voz de pecho es esencial para el desarrollo y el enriquecimiento de la voz en femenino. De esta manera, es imprescindible para las personas que desean feminizar su discurso, trabajar los agudos pero también enriquecer las sonoridades graves de su voz con el fin de desarrollar una extensión vocal adaptada a una melodía natural. Muchas mujeres hablan con notas graves pero no se aprecia ninguna masculinidad en su discurso.

He ahí toda la magia de la feminidad: saber exactamente cuáles son los elementos que influencian a nivel acústico la percepción de una voz.

Por ello, los profesionales tales como logopedas, fonoaudiólogos, coaches vocales especializados y otros especialistas de la voz, son necesarios para poder guiar a las personas que deseen feminizar su discurso con el fin de avanzar de una manera estructurada y organizada hacia objetivos reales y fijados según la demanda pero también en función de las capacidades y del potencial de cada uno.

2. LA VOZ DE CABEZA

Existen también muchos prejuicios en cuanto a la voz de cabeza, conocida también bajo la apelación de voz de falsete. Se trata de una voz bastante caricatural, poco natural, con una consonancia acústica más infantil que femenina.

Ciertas personas no entienden el interés de trabajar este registro vocal durante las sesiones que buscan acentuar la feminidad hablada.

Sin embargo, lo que hacemos es entrenar una voz empleando ejercicios de acentuación y exageración de los parámetros vocales con el fin de alcanzar una naturalidad previamente explorada en una esfera mucho más amplia.

De esta manera, la voz de cabeza es para mí uno de los elementos más esenciales dentro del entrenamiento vocal. Y no lo es porque la persona vaya a acabar hablando utilizando únicamente la voz de cabeza, sino porque el trabajo de esta voz nos va a permitir ampliar la extensión vocal y garantizar una estabilidad y una constancia durante la producción del sonido

Esta estabilidad y constancia estarán ligadas no solo a la voz de cabeza, sino también a la voz de pecho.

Todo esto es indispensable para poder desarrollar un discurso natural, dinámico y elástico, que permitirá a la persona expresarse naturalmente pero también expresar sus emociones, cualesquiera que sean, y todo ello, en función de su propia personalidad. La voz es un elemento maleable que dispone de tantos colores como un arcoiris infinito en un mundo donde la percepción y el individuo están en el centro de la ecuación.

Utilizamos frecuentemente la voz de cabeza en nuestro día a día, sobre todo en expresiones tales como la sorpresa o la alegría, pero también durante la tristeza y el enfado. A muchas de las personas que empiezan el entrenamiento vocal no les gusta la voz de cabeza ya que les resulta caricatural o artificial, sin embargo, es indispensable para alcanzar nuestros objetivos en cuanto a adquisición de características más femeninas durante el discurso.

En resumen, no hay que buscar la voz de cabeza para quedarse en ella sino que hay que buscarla para poder asociarla a una voz de pecho que permitirá alcanzar un natural propio.

3. LA VOZ AIREADA

La voz aireada es habitualmente asociada a la seducción o a otros elementos ligados a la intención, pero es importante entender que si la voz está demasiado aireada, vamos a perder calidad vocal, esencial para la percepción de características femeninas durante el discurso.

Hablando más claro, cuanto más aire hay, menos sonido habrá. Cuanto más sonido hay, más clara será la resonancia, y si, además, la voz está bien colocada en los resonadores, será mucho más femenina.

Por así decirlo, cuanto más se deje pasar aire en la voz, más nos alejamos de la feminidad acústicamente hablando.

Ciertamente, como lo he mencionado anteriormente, la seducción vocal se asocia frecuentemente a este tipo de voz aireada. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con esto ya que el gesto vocal podría volverse patológico.

Cuando una voz aireada es patológica, es el reflejo de un gesto vocal defectuoso que necesita ser tratado y curado.

Por ello, es indispensable consultar a un otorrino si este exceso de aire se vuelve incontrolado e involuntario.

 

4. LA VOZ SUSURRADA

La voz susurrada no debe confundirse con la voz aireada. Desde un punto de vista profesional, el susurro es una dinámica vocal muy negativa para la laringe y por ello debe evitarse al máximo.

En efecto, no es recomendable hablar susurrando.

La voz susurrada es una voz que no tiene sonido y que está hecha únicamente de aire, por lo que se suele utilizar solo de manera puntual y por supuesto, no puede ser caracterizada ni de femenina ni de masculina o muy difícilmente.

 

5. EL VOLUMEN

El volumen es uno de los parámetros vocales más alterados a la hora de buscar la acentuación de la feminidad vocal.

De esta manera, la mayoría de mis aprendices y de mis pacientes llegan a mi consulta virtual con un discurso alterado a nivel del volumen, es decir, intentan hablar con una intensidad casi inaudible con el fin de borrar de alguna manera las características masculinas de su voz hablada.

Sin embargo, debemos entender que toda situación nos solicita un determinado volumen, y que dicho volumen no varía en función de la feminidad o de la masculinidad, sino que va a estar definido por el propio mensaje, la emoción y el contexto.

De esta manera, por supuesto que trabajamos el volumen en su relación directa con los agudos buscando la reducción de cualquier tensión, pero el volumen siempre deberá adaptarse a las circunstancias del día a día y a las diferentes situaciones que vivimos.

6. EL EXCESO DE ANÁLISIS

Creo a lo largo de toda mi carrera, es el elemento que más ha entrabado el proceso de feminización de la voz.

Cuando me encuentro frente a aprendices o pacientes que desean analizarlo todo, suele perderse el lado más emocional y preceptivo de la práctica.

En efecto, es más complicado alcanzar resultados rápida o eficazmente cuando se intenta analizar de manera excesiva cualquier gesto o concepto. Por supuesto, es importante entender ciertos elementos y conceptos para avanzar bien dentro del entrenamiento vocal, pero el exceso de análisis nos puede aportar desmotivación, incomprensión, estrés, y consecuentemente a ello, puede entrabar el avance natural hacia los objetivos fijados.

Además, la mayoría de los movimientos que entrenamos durante las sesiones de feminización o armonización de la voz provienen de procesos automáticos que tarde o temprano acaban por naturalizarse y este exceso de análisis puede ir en contra del desarrollo natural de estos movimientos.

Asimismo, ocurre frecuentemente que, cuando una paciente o aprendiz analiza demasiado el movimiento que intenta realizar, acaba por provocar un bloqueo a nivel muscular que impide la realización del movimiento obstaculizando e impidiendo así que se alcancen los objetivos buscados en el ejercicio.

Por ello, siempre desaconsejo el hyperanálisis, dejando lugar a la percepción y la escucha, antes de intentar entender y controlar los movimientos, los cuales, finalmente, se acabarán por naturalizar de manera fluida.

7. EL CLICHÉ DE LA VOZ FEMENINA

Muchas aprendices y pacientes llegan a mi consulta virtual con una imagen mental de la voz femenina, según mi punto de vista, errónea o poco clara.

Esa imagen suele estar basada en clichés o estereotipos que actúan en contra del propio entrenamiento vocal. Es importante entender, qué objetivo no es copiar un modelo de voz definido por reglas binarias, sino más bien desarrollar un potencial vocal basado en la propia paciente o aprendiz a nivel expresivo, perceptivo y vocal.

Todos somos diferentes y es imperativo buscar en nosotros mismos nuestra verdadera voz, aquella que nos corresponde y es el reflejo de quienes somos, en vez de basarnos en una copia o representación vocal (a veces demasiado cisgenerizada) la cual, en el fondo, se aleja demasiado de la persona que somos.

En Femivoz y en el método Astudillo, buscamos liberar esa imagen y ayudar a la aprendiz o paciente a tomar conciencia de su propio potencial vocal con el fin de poder explotarlo al máximo para así alcanzar nuestros objetivos vocales, expresivos y emocionales que serán únicos y personalizados.

8. LA AUTOCRÍTICA NO CONSTRUCTIVA Y LA FALTA DE OBJETIVIDAD

Ocurre a menudo que mis aprendices o pacientes sean muy duras o crueles con ellas mismas durante las sesiones. En efecto, muchas de ellas practican lo que yo llamo la autoflagelación vocal, a saber, no se autorizan a ver los puntos positivos dentro de la evolución de su trabajo y maltratan sus logros.

Ante todo, es importante ser objetivo y ser capaces de ver todo lo que ya hemos alcanzado en vez de preocuparnos por lo que todavía nos queda por alcanzar. Esto es muy frecuente, pero una vez hemos cambiado la óptica o la visión de las cosas, la paciente o aprendiz tiende a liberarse y los resultados se instalan aún más rápidamente.

La autocrítica es, por supuesto, esencial pero debe ser mesurada, coherente y positiva.

Un exceso de autocrítica no constructiva puede llevar a la paciente a una desmotivación repentina y, por consiguiente, a un cese del entrenamiento vocal.

En estos casos, siempre me encargo de motivar a las pacientes o aprendices dándoles las mejores pautas a seguir con el fin de positivizar los resultados obtenidos para poder así avanzar en las mejores condiciones posibles.

9. LA APROBACIÓN DEL ENTORNO

El entorno puede llegar a ser uno de los elementos más crueles y negativos en la vida de las personas que buscan modificar sus voces.

Asimismo, muchas veces me hubiera encantado estar presente en reuniones familiares con el fin de ayudar a la aceptación de la nueva voz. Muchas de mis pacientes o aprendices sufren de comentarios negativos y no constructivos por parte de su entorno, ya sea familiar o profesional.

Habitualmente, la familia es siempre el elemento más delicado ya que, por ejemplo, cuando hay niños o una esposa, puede llegar a ser muy difícil para la aprendiz o paciente construir un nuevo rol en el núcleo. Además, a nivel profesional y social, los comentarios negativos en cuanto a la evolución de la voz pueden llegar a desmotivar a la paciente.

Sin embargo, hay que entender que las personas que nos rodean son aquellas que van a percibir más rápidamente los cambios vocales pero también son aquella que van a ser las primeras en olvidar cómo era la voz de antes.

Al comienzo del entrenamiento, pueden surgir comentarios delicados o inadaptados por parte del entorno, pero esto suele ser pasajero y parte del periodo de transición vocal.

Siempre animo a mis pacientes o aprendices a imponerse si se dan este tipo de situaciones ya que, como lo he mencionado previamente, el entorno suele acabar por adaptarse o acostumbrarse a la nueva voz en sólo unos días.

Pienso que el elemento más difícil es la figura materna. En efecto, muchas de mis pacientes o aprendices tienen un bloqueo frente a sus madres, como una sensación de estar mintiéndoles o de ser unas “impostoras”. Es como si sintieran que sus madres siempre las van a ver cómo eran antes y que el hecho de hablarles con una voz diferente o modificada no será aceptado.

Ciertamente, algunas madres tienen dificultades para aceptar la transición (aunque de mi experiencia puedo decir que la mayoría de las madres acaban por apoyar a sus hijas sin condición alguna en su cambio vocal).

Cada caso es diferente, pero si puedo dar un sólo consejo, es realmente el de creer y pensar en sí-mismo, avanzar hacia un objetivo definido y sobre todo creer que el entorno acabará tarde o temprano por aceptar el cambio vocal. Y si no fuera el caso, lo que más debemos amar y cuidar es a nosotros mismos, solo tenemos una vida y tenemos tod.o.a.x.s el derecho de vivir tal y como lo entendemos según nuestra propia percepción del mundo y según sus propios valores.

 

CONCLUSIÓN

En conclusión, aportar características femeninas a un discurso, implica no sólo modificar la voz a nivel de su tono, ni siquiera de su prosodia, sino que implica muchos otros factores pasando por la emocional, el aspecto muscular, la fisiología, la anatomía, la comprensión de ciertos conceptos esenciales para lograr resultados concretos y eficaces.

Por esta razón, es importante recurrir a un profesional que esté cualificado en este campo para velar por avanzar de manera clara pero sobre todo respetando la salud de la laringe. Algunos pequeños errores pueden parecer inofensivos en el proceso de feminización de la voz, pero a la larga pueden causar graves daños. Por eso es muy importante entender que feminizar una voz o darle características más femeninas depende de una especialidad que, ya sea logopédica o ligada a un coaching vocal, deberá estar siempre vinculada a un profesional que no sólo esté especializado en este campo, sino que también disponga de muchos años de experiencia para evitar cualquier daño colateral en la laringe o en su anatomía en general.

También es importante comprender que si este especialista no tiene la experiencia o los conocimientos necesarios, puede que tenga que trabajar mucho tiempo sin resultados concretos. Recibo diariamente en mi consulta virtual decenas de pacientes que han realizado más de 30 sesiones a veces sin ningún resultado.

Por lo tanto, para evitar errores durante el proceso de feminización de la voz como los mencionados en este artículo u otros mucho más graves, aconsejo que se recurra a profesionales experimentados y formados en la materia.

Por supuesto, siempre puedes intentar feminizar o aportar características femeninas a tu propio discurso sin recurrir a un profesional, pero es posible que no alcances los objetivos que querías durante el proceso de feminización de la voz o que tu salud vocal se vea afectada.

Mariela Astudillo Logopeda especializada en feminización de la voz

ARTÍCULO ESCRITO POR

MARIELA ASTUDILLO

Logopeda y vocóloga especializada en voz identitaria y emocional (feminización de la voz)

Autora de la Logopedia / Vocología Emocional y del Método Astudillo

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