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La disforia de género

“La disforia de género se refiere a la no adecuación entre el sexo biológico y el género percibido, pero es imprescindible que la persona afectada experimente angustia y disfunción en su vida cotidiana, con el fin de establecer el diagnóstico.”

 

Definición

La disforia de género es un término médico que describe la incompatibilidad entre el sexo biológico y el género sentido. Esta identificación con el otro género debe ser intensa y permanente y crear ansiedad, depresión o irritabilidad, o malestar generalizado. La disforia de género no es una enfermedad mental, pero está relacionada con el sufrimiento psicológico expresado por el sujeto. 

Conceptos básicos

Ante todo, es oportuno recordar algunas nociones. En primer lugar, la de “sexo” que remite al estatuto biológico de la persona (hombre, mujer e intersexual). En segundo lugar, la “identidad de género” abarca el sentimiento de pertenecer al otro sexo (transgénero, no binario, etc.). El “rol de género” es la expresión de la identidad de género en la vida cotidiana, las declaraciones y comportamientos que indican a los demás con qué sexo nos identificamos.

Evolución de la denominación

En la CIE-10 (Clasificación Internacional de Enfermedades), la disforia de género es un trastorno clasificado como “travestismo ambivalente.” El CIM-11 propone la “incongruencia de género.” El DSM-5 (manual de diagnóstico y estadística de trastornos mentales) sustituye “trastorno de identidad de género” por “disforia de género.” Algunas personas transgénero habían pedido que el término “trastorno de identidad de género” desapareciera de los libros de texto, ya que daba un aspecto patológico al transgenerismo. La expresión “disforia de género” es finalmente oficialmente retenida y se basa específicamente en el malestar psíquico sentido por las personas que no se ajustan a su identidad de género. 

Diagnóstico de la disforia de género

Según el DSM-5, para hacer el diagnóstico de disforia de género, es necesario reunir estos dos elementos: en primer lugar, una incongruencia pronunciada entre el sexo atribuido al nacimiento y la identificación con el otro sexo desde al menos 6 meses; en segundo lugar, un considerable sufrimiento observado clínicamente o disfunción en la vida cotidiana.

Además de las características requeridas (de DSM-5) para todos los grupos de edad, los adolescentes y adultos deben tener 1 de los siguientes:

  • Un fuerte deseo de deshacerse de (o para el joven adolescente, de prevenir el desarrollo de) sus características sexuales primarias y/o secundarias;
  • Un fuerte deseo por los caracteres sexuales primarios y/o secundarios que corresponden a su identidad de género sentida;
  • Un fuerte deseo de ser del otro sexo (o de otro género);
  • Un fuerte deseo de ser tratado como otro género;
  • Una fuerte convicción de sentir y reaccionar de manera típica como lo haría el otro sexo.

La no conformidad con el género por sí sola no es suficiente para establecer el diagnóstico de disforia de género en adultos, pero este diagnóstico debe basarse absolutamente en un gran sufrimiento experimentado o problemas de adaptación en la sociedad, en el trabajo, etc. 

Tratamiento de la disforia de género en adultos

Primero se ofrece psicoterapia y a veces tratamiento para aliviar la angustia. Aunque la psicoterapia ya no es en su mayoría una obligación, es de gran ayuda a la hora de tomar la decisión de cambiar de género. Así, la psicoterapia acompaña evaluando y tratando los trastornos relacionados (depresión, ansiedad, irritabilidad, etc.); ayudando al paciente a afrontar la intolerancia y la estigmatización; facilitando la adaptación al nuevo rol de género; acompañando para el anuncio (salir del armario) y la transición. 

A continuación, para las personas de cierta edad y que lo deseen, se puede iniciar la toma de hormonas y la operación quirúrgica de reasignación de sexo, así como a veces otras operaciones para dar la apariencia del género deseado. Cabe señalar que no todas las personas transgénero pasan por la cirugía, y las que lo hacen son iluminadas y consentidas. 

Se le pide al paciente transgénero que viva al menos un año con su nueva identidad. Si esto va bien y en combinación con los tratamientos mencionados anteriormente, la disforia de género se puede regular.

Disforia de género en niños y adolescentes

El tratamiento de la disforia de género en los niños no es unánime, ya que la mayoría de estos niños no se convertirán en transgénero en la edad adulta. Por lo tanto, es imposible predecir si el niño disfórico tendrá siempre su malestar y su voluntad de pertenecer al género opuesto. 

No existe un tratamiento establecido clínicamente para estos niños, pero se ha reconocido que es ineficaz y traumático obligarlos a renunciar a sus sentimientos de género. Se ofrece tratamiento psicológico para el niño y los padres, así como educación sobre cuestiones de género. 

Los adolescentes disfóricos de género reciben un tratamiento hormonal que detiene la secreción de estrógenos y testosterona, bloqueando así los efectos de la pubertad. 

Cuando el adolescente desea continuar su transición, se interrumpe el tratamiento que bloquea la pubertad y se administra lo que antes se llamaba las “hormonas transexuales” para afirmar las características físicas del género deseado.

Conclusión

La disforia de género se refiere a la no adecuación entre el sexo biológico y el género percibido, pero es imprescindible que la persona afectada experimente angustia y disfunción en su vida cotidiana, con el fin de establecer el diagnóstico. 

Hasta hoy, se ignora la verdadera causa de la disforia de género. Los estudios han observado un desarrollo cerebral y hormonal específico del bebé en el útero. Un estudio realizado con 314 niños de entre 4 y 17 años revela que el 62% de los encuestados desarrollan comportamientos relacionados con un trastorno de identidad de género heredado, lo que lleva a pensar que estos trastornos serían hereditarios y, por tanto, genéticos. 

Hay que saber que las personas médicamente reconocidas como disfóricas de género constituyen una minoría entre las personas transgénero. Por otra parte, estas personas a menudo no consultan al médico para un acompañamiento psicológico, sino para tomar un tratamiento hormonal y a veces para la cirugía de reasignación de sexo. Para tener acceso a la cirugía, la persona disfórica de género debe vivir al menos un año en su nuevo género.  

Además, según algunos, la inconformidad entre el sexo atribuido al nacimiento y el género percibido sería la expresión de otro tipo natural de identidad de género.

Fuentes:

fr.wikipedia.org

msdmanuals.com

Imagen:

hydrogen-rempla.com

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ARTÍCULO ESCRITO POR

Equipo editorial de Femivoz

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